viernes, 8 de enero de 2016

2º BACHILLERATO C


SIGNIFICADO DEL TÍTULO DE LA OBRA LUCES DE BOHEMIA

El autor, Valle-Inclán, ha recogido en el nombre de la obra las claves para su interpretarla. Para ello se ha valido de los siguientes aspectos:
• Mediante ese título nos da a entender que debemos considerar a la luz como el elemento escénico primordial, haciendo juego con la carencia de luz o su ausencia, es decir, con la sombra. Las propias acotaciones destacan por mostrar frecuentemente matices lumínicos diversos, entre otros contenidos.
• También el título alude de forma directa a las luces de la bohemia dorada, es decir, al periodo de esplendor de ese fenómeno originado en París, aludiendo además a modelos literarios con Verlaine, Víctor Hugo, etc., como se distingue en la escena IX, en que los personajes centrales de la obra, Max y don Latino, recuerdan con Rubén Darío la vida parisina de los artistas y poetas bohemios:
“Recuerdan y proyectan las luces de la fiesta divina y mortal: ¡París! ¡Cabaretes! ¡Ilusión!”
• Si exceptuamos esa escena IX en que la bohemia aparece en todo su brillo, en el resto de la obra la luz se vuelve agonía, pues las luces languidecen trémulas y mortecinas:
“En las llamas de los faroles un igual temblor verde y macilento” / “lobreguez con un temblor de acetileno”. En contraste con esa débil luz, las sombras presiden la acción dramática y la mayor parte de los escenarios tiñendo todo de una vaga tristeza. En ocasiones los mismos personajes aparecen caracterizados como sombras: “la mujer, sombra triste” / “dos sombras rezagadas (Darío y Bradomín)”.
• Otro aspecto crucial relacionado con la luz y con la sombra es el contraste del claroscuro:
“Media cara en reflejo y media en sombra”. Para comprender la dimensión simbólica de dicho claroscuro pensemos que es éste el que preside la vida bohemia, vida que se distingue precisamente por una efímera brillantez, una gloria que dura poco, y que contrasta con sus aspectos más sombríos (la miseria, el hambre...) y también con la sombría vida española tal y como nos la presenta la obra. Es este contraste entre la luz y la sombra lo que confiere sentido irónico al título de la obra.

Curiosa y paradójicamente, en una obra que lleva semejante título y que cada dos por tres nos habla de luces y de sombras, el protagonista es un ciego, Max Estrella, una especie de quijote de la poesía que lucha por mantener la lucidez (en un sentido intelectual). Este antihéroe alcohólico que afirma que si no fuese por la borrachera ya se habría pegado un tiro es el personaje que simboliza las contradicciones y el último rescoldo de la bohemia heroica. Desvelemos también la dimensión simbólica de su nombre, pues de modo irónico don Latino lo llamará “Estrella Resplandeciente” cuando Max consiga “dos pápiros de piel de contribuyente”; sin embargo, de modo habitual entre la clase literaria se le conoce como “Mala estrella” (= mala suerte, destino funesto). Pese a todo, tenemos que destacar la dimensión heroica del personaje, que se ha resistido a llevar “una triste velilla en la trágica mojiganga” de la mala racha que está atravesando la España de la época.

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