martes, 23 de octubre de 2012

ACTIVIDAD 3º A-3º B

1.     Señala a qué cantar pertenece cada uno de los siguientes fragmentos del Poema Mio Cid.

FRAGMENTO 1

Con lagrimas en los ojos, muy fuertemente llorando
la cabeza atrás volvía y quedábase mirándolos.
Y vio las puertas abiertas, y cerrojos quebrantados,
y vacías las alcándaras sin las pieles, sin los mantos,
sin sus pájaros halcones, sin los azores mudados.                          
Suspiro entonces el Cid, que eran grandes sus cuidados.
Hablo allí como solía, tan bien y tan mesurado:
―Gracias a ti, Señor Padre, Tu que estas en lo más alto,
los que así mi vida han vuelto, mis enemigos son, malos.
Allí aguijan los caballos, allí los sueltan de riendas.
alcándaras: perchas en las que se posan los halcones.

FRAGMENTO 2
"Gracias al rey de los cielos mis hijas vengadas son,
ya están limpias de la afrenta esas tierras de Carrión.
Casare, pese a quien pese, ya sin vergüenza a las dos".
Ya comenzaron los tratos con Navarra y Aragón,
y todos tuvieron junta con Alfonso, el de León.
Sus casamientos hicieron doña Elvira y dona Sol,
los primeros fueron grandes pero estos son aun mejor,
y a mayor honra se casan que con esos de Carrión.
Ved como crece en honores el que en buen hora nació,
que son sus hijas señoras de Navarra y Aragón.
Esos dos reyes de España ya parientes suyos son,
y a todos les toca honra por el Cid Campeador.
Paso de este mundo el Cid, el que a Valencia ganó:
en días de Pascua ha muerto, Cristo le dé su perdón.
También perdone a nosotros, al justo y al pecador.
Estas fueron las hazañas de Mio Cid Campeador:
en llegando a este lugar se ha acabado esta canción.

FRAGMENTO 3
Entonces empieza a hablar el infante don Fernando:
"Gracias a Dios Creador, y a vos, Mio Cid honrado,
tantos bienes poseemos que no pueden ser contados,
por vos ganamos en honra y por vos hemos luchado,
a los moros que vencimos allí en el campo y matamos
a aquel rey que los mandaba, Búcar, un traidor probado.
Pensad, Cid, en vuestras cosas, lo nuestro está en buenas manos."
Los vasallos de Mio Cid sonríen al escucharlos:
que en perseguir unos, otros en luchar, se señalaron
y en ninguna parte vieron a don Diego y don Fernando.
Por todas aquellas burlas que en la corte les gastaron,
y porque siempre con risas los están escarmentando,
los infantes de Carrión tienen pensamientos malos.
Se fueron a hablar aparte, bien se ve que son hermanos.
Pero aquello que ellos traman no queremos ni escucharlo [...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario