martes, 2 de febrero de 2016

2º BACHILLERATO C


COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO DE EL ÁRBOL DE LA CIENCIA
(que habéis trabajado)


El texto que tenemos que analizar es un texto literario, perteneciente al género de la narrativa, concretamente un fragmento de la novela de Pío Baroja (autor de la llamada Generación del 98) titulada El árbol de la ciencia publicado en 1911. En él se expone o describe de manera muy crítica la situación de ese pueblo español y se reflexiona sobre ello. Esto hace que el texto esté más cerca del discurso expositivo-argumentativo que del propiamente narrativo.
El fragmento se sitúa en el momento en que el protagonista, Andrés Hurtado, se ha trasladado a un pueblo simbólico español, Alcolea, como médico, en lo que podemos considerar como una experiencia más de su aprendizaje en la vida. Está escrito con un estilo sencillo, en léxico y sintaxis, muy característico de la técnica narrativa rápida y espontánea de Pío Baroja.
En la descripción crítica de la sociedad insolidaria y cerrada de Alcolea, el narrador
recurre a un vocabulario de connotaciones peyorativas y uso de comparaciones despectivas (“como los trogloditas en su cueva”) y a imágenes degradadoras que llaman la atención, como sucede al comparar a Alcolea con una ciudad sitiada por la moral católica. Todo ello nos transmite la impresión de un pueblo anquilosado, cerrado al exterior.

La visión de la situación política del pueblo a que se refiere el texto no es mejor. Primero, critica la selección de los gobernantes (“los más aptos eran allí los más ineptos”); luego, censura el caciquismo, propio en la política española de la época, y la alternancia en el poder pactada por los dos partidos, conservadores y liberales (“mochuelos y ratones”, respectivamente). Estas animalizaciones despectivas, la adjetivación usada para caracterizar a sus alcaldes (“muy clerical”, “bárbaro y despótico”, “bandidos”, etc.) y las actuaciones de estos, con robos constantes al municipio, dejan clara la intención sarcástica del narrador.

Andrés Hurtado, como en otros momentos de la novela, reflexiona y extrae conclusiones,
que responden a su espíritu angustiado y pesimista. Va inclinándose cada vez más por situarse a un lado, por la “no acción”: “¿Por qué incomodarse, si todo está determinado, si es fatal, si no puede ser de otra manera?” La influencia del pensamiento pesimista de Schopenhauer parece clara.

La intención del autor no ofrece dudas. Es Baroja, inconformista radical, quien está detrás
de esta crítica clamando contra tantas injusticias de su época.

El árbol de la ciencia es una de las novelas más noventayochistas, una de las que mejor definen el espíritu de la crisis del fin del siglo XIX. Hay, por un lado, una crítica concreta a la situación de España (el tema de España, característico del 98); y hay, por otro, un protagonista, Andrés Hurtado, “alter ego” del autor, que ante la crisis ideológica general, adopta una actitud pesimista (son los llamados “conflictos existenciales” del 98, evidentes también en la obra de Machado, Unamuno, etc.).

Pero este texto barojiano refleja un tema de actualidad. Algunos de los asuntos que critica siguen estando presentes, aunque sea de otra forma, en la realidad española de hoy: las costumbres cerradas de los pueblos, la influencia de la Iglesia en los mismos, la ineptitud de los gobernantes... pero, sobre todo, la corrupción política.

En nuestros días, en España hay muchos de esos “mochuelos” y “ratones” que, como dice el autor, siguen saqueando la economía de nuestros municipios. Estos que, hoy en día, están siendo investigados, imputados, e incluso, encarcelados, al demostrarse ante la justicia su culpabilidad en los hechos. Y por ello debemos optar por la protesta radical de la ciudadanía y defender nuestros derechos, y no caer en ese fatalismo pesimista que aquí expone el protagonista de esta novela, Andrés Hurtado.

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