M.J. de Larra es el mejor ejemplo para entender el carácter dramático que caracteriza el romanticismo español. Desde muy temprana edad, se centró en la literatura como profesión, dedicándose a la poesía, al teatro, a la narrativa con dos obras de tema histórico, y sobre todo, al periodismo.
Centrándonos en su actividad periodística, para Larra, España era un problema personal, y se empeñó en la lucha contra las costumbres , para él prehistóricas, de la sociedad de su época. Entre sus escritos periodísticos critica las corridas de toros, un tema que sigue siendo de máxima actualidad.
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